Chloé no hablaba nada.
O más bien hablaba por medio de sus dos esferas turquesas,
colocadas entre pequeños abanicos de vellos dorados.
No es que Chloé fuera muda, ni nada parecido, solo que ella era de esas personas que prefería observar.
Sus ojos hablaban y su boca permanecía quieta, cerrada… solo miraba.
Sonaba ruidosa cuando reía, alegre cuando se sorprendía y terriblemente nostálgica cuando lloraba.
Terriblemente nostálgica cuando se despidió de mi y las dos sabíamos que esa era la última vez que me vería.
1 comentario:
No me digas!!! A poco tenías un pececillo llamado Chloé (igual que el de Pinocho qué no?) y se petateo???
Lo siento :(
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